
Anoche, noche tormentosa en Marte, me preparaba para dormir luego de una sesión de póker agitada. Diez veces seguidas recibí AA y diez veces seguidas mi rival me vió con 72o, y en todas las oportunidades perdí. Una lluvia de meteoritos azotaba los cráteres cercanos y el resplandor atravesaba los amplios cortinados de mi habitación. Mientras apretaba entre los labios mi pipa de opio y con una mano acariciaba las filosas crestas de mi lagarto venusino, con la otra estrangulaba el canario terrestre de mi Madre. Meditando en lo bello de las matemáticas y en el concepto de varianza, comencé a divagar en las probabilidades de lo ocurrido. Llegué a la siguiente conclusión: eran las mismas que las de encontrar en la calle una bolsa con 100.000 dólares.
¿Por qué nunca encuentro la bolsa?
Fin del mensaje
Nrut
2 comentarios:
Yo tampoco encontré la bolsa...
¡Que alivio! Pensé que solo yo no la encontraba.
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